viernes, 11 de enero de 2008

Propósitos saludables para una vida más completa (o prácticas rutinarias para superar el aburrimiento)

Podría ser yo, pero no. La ciudad es globalmente aburrida. Y ya no hay excusa para seguir dejándose llevar. Necesitas ímpetu. Pero mientras llega, compensemos con un poquito de planificación.

1, Lectura.

Moderadamente. Debo desoir al gran Steven Johnson (le recordarán por joyas como "Reading books chronically understimulates the senses. Unlike the longstanding tradition of gameplaying - which engages the child in a vivid, three-dimensional world filled with moving images and musical soundscapes, navigated and controlled with complex muscular movements - books are simply a barren string of words on the page. Only a small portion of the brain devoted to processing written language is activated during reading, while games engage the full range of the sensory and motor cortices") y dedicar unos minutos a la lectura diaria. [De momento ya tengo un buen libro en un lugar estratégico]


2, Aprender esas herramientas comunicativas que no hacen más inteligente a uno llamados idiomas.

Demostrado que no soy capaz -sea incapacidad o falta de voluntad- de estudiar una lengua, a la vista de mi nivel actual nivel, tengo que encontrarle el punto a cada. Cada idioma tiene una forma genuina de aprenderlo, que no sólo suele ser más divertida que estudiarlo sino que además capta mucho mejor su verdadera esencia.

- Inglés. Comprarme un diccionario. Y utilizarlo para algo más que elemento decorativo. (No incluyo ninguna claúsula que me obligue a reducir el uso del español in the hood) La HBO la veo por vicio, o sea que no sería justo ponerme dentro de los propósitos.


- Francés. Viendo películas. "Jeux d´enfants", primer objetivo. "Persepolis", segundo.


- Portugués. En el carnaval de Salvador. $2,000 el billete, 22 horas de viaje -dos conexiones-. Casi que el portugués lo vamos a dejar para otro momento. Archivado.


- Árabe. Negociando en cualquier madina. Escribiendo. Parece que Los Angeles no es el sitio más propicio para aprender árabe. Propósito archivado.

- Ruso. Archivado hasta verano por motivos evidentes.


3. Nuevas drogas.

Con un mercado inmenso -nuevos y segunda mano-, la facilidad de comprarlo online y tenerlo en casa en dos días, y un tipo de cambio favorable, yo, antaño defensor a ultranza de las bibliotecas como proveedor de libros, debo reconocer que he sucumbido. No sé como haré para volver a casa, pero lo reconozco: estoy enganchado a comprar libros -sobre todo los de gran formato (por prudencia si alguien me quiere hacer un regalito, aún no me he comprado el "Heaven to Hell" de Lachapelle, ni "The Big Book of Breasts" de Hanson -creo que en amazon hacen una oferta con el "The Big Book of Boobs" de Sigrist, lo que es genial)-.

miércoles, 9 de enero de 2008

I LOVE THIS GAME

No me cuesta ponerme allí. Las 3 de la mañana, un viernes cualquiera. A decir verdad, casi cada viernes. Eran viernes extraños cuando uno no salía y era un niño friki que aguantaba hasta madrugada viendo estúpidos programas y películas -alguna escena porno que siempre animaba más la noche- hasta que llegaba el gran momento. La intro perfecta, capaz de meterte la tensión del partido en medio minuto, llevándote de casi estar dormitando en el sofá a sentarte a pie de pista.

Eran los "años negros" de la NBA. Los años de transición, cuando Jordan se quedó solo. Para mi fueron los mejores años. Todos sabíamos que iba a ganar Chicago, luego los Lakers, luego San Antonio. Pero era baloncesto por baloncesto. Largas temporadas regulares y cortos play-offs, mientras se retiraban los viejos y crecían los nuevos.


Soñaba con ser el nuevo Jason Williams, que durante un par de temporadas en Sacramento simbolizó a la perfección ese espíritu. Un jugador con un tiro más bien flojito, capaz de levantar a un campo 20 veces en cada partido. Nadie se preocupaba por el resultado cuando jugaba Chocolate Blanco.


También soñaba con ir a un partido de la NBA, pero con 14 o 15 uno empieza a saber que muchos sueños jamás se cumplirán. Que cosas que uno de estos "casos perdidos" se ha cumplido pocos años despues. La liga ha vuelto a ser competitiva -antes de que los Celtics quieran cargársela con los Big Three- y eso significa que muchos de los más de 1,200 partidos de liga regular tienen poquita emoción. Y ahora, sentado en el Staples Center sueño con aquel último tiro en suspensión -uno de tantos- de Jordan, jugón, de aquellos triples de Reggie Miller, cómo toca la guitarra, Melodía de Seducción en el Madison Square Garden, raza blanca tirador, los pases de Williams, bienvenidos al circo, aquel concurso de mates con Carter, McGrady y Francis. Con emoción o no, con competitividad o no, I love this game.

miércoles, 2 de enero de 2008

Nochevieja -inesperada-: en el backstage con Roger Sanchez y Tiësto

Yo los veo muy friki. Lo digo desde el respeto. Seguramente sea sólo eso que llaman distancia cultural. El caso es que pillarte el finde de año en medio de una fiesta en algo así como un estudio de arte contemporáneo, con gente "disfrazada" (?) con atuendos indescriptibles, es cuanto menos especial. Se para la música y... "seven six five four three two one oooohhh". Al carajo, tres abrazos, cuatro besos y como si nada.



No soy yo el mayor amante de las fechas. Cuando está donde tiene que estar cada día, los cumpleaños, santos y demás fiestas de guardar pierden bastante importancia relativa. Al final quizá recibes una llamada, una carta, un regalo inesperado y te das cuentas de que no estás tan sólo como parece. Pero hay dos soluciones: una es darte cuenta de que esa gente está ahí el resto del año. Es bastante difícil porque suele ser mentira, y no están ahí. La segunda es asumir la soledad -matizada por pocos, muy pocos- de este mundo cruel.