sábado, 27 de octubre de 2007

Land of Freedom

Vivo en una zona tranquila. Aquí te puedes encontrar avenidas llenas de todo lo que puedes necesitar. Demasiado llenas quizás, supongo que para ellos por aquello de la competencia. También te puedes encontrar que entre dos avenidas de esas, hay dos manzanas de casitas donde todo es tranquilidad. Y ese es mi caso, justo a medio camino -200 metros- entre Venice y Washington.

Se presentaba un viernes tranquilito. Sólo en casa, alguna peli, camita temprana. Así como quien no quiere la cosa, empieza a sonar algo de música. Abro la puerta y joder. Esos cabrones debían tener un equipo como el de cualquier concierto de Las Ventas. Sonaba un grupo de rock, tocaban en directo, pero sonaba jodidamente alto, como si me hubieran puesto un megaestadio cuatro casas más adelante mientras me duchaba. Empiezo estas líneas con el lógico rencor de que no me habían invitado esos mamones, a la que podía ser la mejor fiesta en la historia de la calle Prospect. Le estaban metiendo caña, mucha batería.

No podía aguantar más. Me cojo la bici y voy a ver que es lo que pasa.

Efectivamente cuatro casas abajo, estaba la fiesta del siglo. Pero la sorpresa no era eso. Sino que conmigo se acercaban tres coches de polícia. Llevaba sonando la música como cuatro minutos, y eran las 8 y tres -miré el reloj-, viernes. Creo que la cosa acabó bien. La polícia se fue y tocaron dos (DOS) canciones más. Lo siento por ellos. Por lo que habrán pagado por ese equipo para quince minutos. Esperon que todos mojen esta noche y se cojan tal papa que mañana tengan que pasarse Halloween viendo la colección de pelis de las hermanas Olsen. Después de tres semanas, se que no lo harán. El 80% estará en la camita a las 2 (a la 1.30 dejan de servir alcohol en los bares, ley del Estado). Alguno mojará por fortuna, y alguno se dejará engañar por algún escote embriagador, pasará media noche de sonrisitas y se irá a la cama soñando que no ha estado mal del todo, que no pasa nada porque son las reglas del juego.

Los míos se harán los despistados a última hora y se quedarán en casa bebiendo la penúltima copa, siempre la mejor, y riéndose de los que duermen, los que joden y a los que les joden. Incluso de la poli, aunque les jodiera la parte de la fiesta que ahora intentan recuperar con un vaso en la mano.

1 comentario:

Anónimo dijo...

no sabes la q tengo q liar para comentar en blogspot desde china... en fin...

parece q estas viendo muy de cerca la vida y sueño americano... espero q pronto pases a vivirlo tu mismo (y espero q sea solo para lo bueno!)

aqui en halloween se lio una buena tambien... y si... en mi habitacion se podrian hacer muchas cosas pero dudo q de momento se hagan! ;)

cuidate!